Carmina Burana y otros en su orden
02-mayo-07.
Por Erick González
Carmina Burana, la gran obra épica basada en la antología de cantos paganos del medioevo, recopilada, escogida y diseñada por el alemán Carl Orff a principios del siglo XX, está por estrenarse próximamente en el teatro/cine Presidente de El Salvador. Con coreografía original basada en los textos e historia de los Carmina por Francisco Castillo, orquestación y canto por la Sinfónica y el Coro Nacional de El Salvador respectivamente. Todo esto sobre un cuerpo de baile que oscila entre lo clásico, contemporáneo y lo folklórico entre otros del género.
En sí es una obra de danza, música, canto e historia poderosa y bien fundada en la academia y la inspiración artística de las ramas involucradas.
La música y el canto son tremendas muestras del legado gregoriano que casi toca lo barroco sin olvidar el porqué, el qué y el cómo poético de los sucesos que tienen lugar dentro del contexto general en Carmina Burana. La coreografía y danza originales son a su vez los catalizadores de estos cantos paganos de antaño. Expresionista, tradicional y hasta cierto punto vanguardista, los bailes son el reflejo casi directo de estos cantos, que al ser interpretados concienzudamente nos dejan entre ver la verdadera razón de ser de estos cantos, sus contexto y legado histórico. Hasta este punto todo parece grandioso y hasta extraordinario, como debería ser, y es así pero cada rama artística por su lado. Sin embargo, aun queda por verse la sinergia de estas tres artes en acción. Ahora bien la verdadera expectativa es si estas ramas artísticas competirán entre si o si en verdad veremos un fenómeno desconocido en nuestro ambiente: la colaboración ecuánime y desinteresada entre estas tres grandes potencias del arte: música, canto y danza, sin olvidar a la poesía. Esto me recuerda a esas series de televisión; ¿Triunfará la fortuna sobre la decadencia medieval? No se pierda el próximo capitulo de Carmina Burana, etc., etc., etc. Pero en verdad ¿tendrán la habilidad y la capacidad de crear algo realmente grandioso? O ¿Será un martirio para todos mientras la audiencia se traga la farsa? Todo esto me hace pensar y recordar que el amarillismo nunca le ha servido de bien a las verdaderas artes. O talvez sea como la obra lo describe: un circulo vicioso donde lo único que prevalece es la decadencia y ultimadamente hay que desarraigar de una vez por todas ese germen deteriorado del ego para que así al fin verdaderamente triunfe la, gran diosa, fortuna sobre la decadencia de la ignorancia del ego humano… talvez.
Considero que esto no es para tomarlo a la ligera, sino para una profunda y lucida reflexión y meditación constructiva de parte de todos, incluyendo a las artes involucradas, hoy y en el futuro. Creo que no hay que turbarse mucho ya que siempre hay esperanza de mejorar, aun bajo las circunstancias más perniciosas.
(imagen de wikipedia.org)
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