Sobre Giselle + OFF (estreno absoluto) Cine/Teatro Presidente, 22 junio de 2007.
Por Erick González.
A pesar de que la mayoría del público asistente no pudo quedarse en su lugar y se pasó la mayor parte del espectáculo caminando de un lado a otro, este concierto estuvo lleno de muchas cosas admirables. En lo general este espectáculo llamó mucho la atención por el contraste de las obras presentadas. En el segundo acto de Giselle hubo elementos muy memorables tanto de los intérpretes principales como del cuerpo de baile. Entre estos momentos, quedé casi fascinado con los equilibrios en arabesque y el trabajo de pies casi impecables tanto de la intérprete de Mirtha, reina de las Wilis como de la intérprete de Giselle. Por su lado el cuerpo de baile casi logra la tan anhelada sincronía y volatilidad que tanto se le ha envidiado en el pasado a los ballets de la antigua Russia. Hubo, además, muy buenas cosas en lo concerniente al partnering, casi logrando una limpieza y fluidez admirables entre los principales. Pero como es debido, siempre habrá aspectos que mejorar a medida que transcurre el tiempo y las bailarinas y bailarines maduran, tratando de llegar a dominar el arte a que se dediquen.
Aunque bastante escasa, la participación masculina tuvo su lugar con muy buenas intervenciones y evidente crecimiento escénico. En su totalidad el efecto deseado de ‘morir de amor’ considero que se logró, a pesar de uno que otro detalle en la iluminación, que a veces dejaba al elenco en penumbra por haber un par de piscinas de sombra alrededor del escenario. Aunque son detalles, creo que podrían minimizar la calidad en general del espectáculo, o de cualquier otro espectáculo si no se mencionan.
Por otro lado, el filme/video producido por Alexia Miranda para el estreno absoluto de Off de Francisco Centeno fue increíble, en términos conceptuales y de edición, etc. Vale mencionar que si conocemos aunque sea un poco el arte de Alexia, se complacerán al comprobar que mantiene la calidad artística y la frescura en su trabajo. Sin embargo, me pareció que a veces la danza en su intimidad quedó minimizada debido a la yuxtaposición del filme; parecía a veces que este último iba más acorde a la música utilizada. La danza fue interpretada por un elenco con bases técnicas clásicas en su mayoría, aunque esto no impidió el desarrollo de la pieza con carácter contemporáneo. Aunque la puesta en escena, el tema y el desarrollo coreográfico me parecieron en su mayoría un tanto postmodernos. Lo considero así por la elocuencia, astucia y entrega deliberada sin tanto preámbulo. Sin embargo, hubo momentos donde se perdió un poco la coherencia entre los elementos yuxtapuestos antes mencionados. Pero esto ni opacó ni le restó calidad al movimiento expuesto y en gran parte porque el elenco posee una base técnica sólida, como debería ser.
Mis momentos memorables de esta obra fueron el dueto, otra vez, de las hermanas Gómez, casi alcanzando una perfecta sincronía coreográfica y musical. Además, la variación a lo ballet allegro de Margarita Galdamez fue refrescante. Por otro lado, la escena del barco a la deriva del filme de C. Chaplin fue un gozo al ser acompañada por la música; casi me pareció ver al escenario y al elenco balancearse y tambalear tanto como a los actores en el filme. Muy impresionante… Desde mi punto de vista considero que esta obra fue muy vistosa e interesante, a pesar de los elementos anteriormente mencionados.
Muy bien para todo el elenco de estas dos producciones, en su totalidad muy conmovedor y extravagante. Fue, además, agradable finalizar el concierto de danza a lo cinema grandiosse, con la audiencia partiendo y los créditos en pantalla rodando, poético y nostálgico a la vez.
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